Habíamos podido salir y comprobar los efectos reales de la tormenta, que fueron muchos, y devastadores. Casi todas las casas habían quedado destrozadas y casi todos los animales habían huido, y lo más doloroso de todo, lo que todavía no se había contabilizado, las muertes. No fueron pocas.
A mí mi padre me mandó al bosque, algunas de nuestras ovejas habían huido y tenía que tratar de encontrarlas, yo sabía que era algo algo casi imposible, pero la verdad lo prefería a quedarme en el pueblo a reconstruir unas casas que con la próxima tormenta volverían a caerse...
Iba yo absorta en mi pensamiento cuando oí una especie de llanto, como de un animal; parecía un perro. Supuse que era alguno de los animales que asustado había huido del pueblo. Me acerqué; si tenía suerte nadie lo reclamaría y tendría una nueva mascota, ya que Toby, nuestro actual perro, estaba ya muy viejo.
Fui siguiendo los sollozos hasta llegar bajo un gran sauce, y allí lo vi, era la escena más enternecedora y horrible a la vez que podáis imaginar...
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