La lluvia caía dando un aspecto mortecino a la
ciudad, ya lúgubre de por sí. Desde su despacho en la última planta de un
destartalado edificio, Bryan esperaba a que amainase un poco. Hacía frío y la
luz titilante de su vela era demasiado escasa para leer, por lo que se
conformaba con observar las gotas de lluvia corriendo por la ventana.
Por fin la lluvia amainó, Bryan apagó de un soplo la
vela y salió apresuradamente del despacho, sabía que no podía fiarse de ese
cese de la lluvia, en pocos minutos probablemente la tormenta arreciaría de
nuevo, pero quería llegar a casa pronto y sin mojarse demasiado o su salud, ya
delicada de por sí, lo notaría.
Bajó medio corriendo las escaleras hasta la calle,
que estaba completamente vacía. No se oía nada más que el ruido de las farolas
y el viento. Bryan se subió los cuellos de su chaqueta y comenzó a andar con la
mirada fija en el suelo, tratando de esquivar los charcos, aunque era algo muy difícil.
Iba tan ensimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta de que la ciudad
se había paralizado; los coches no se movían, bajo un árbol había un perro
inmóvil, esperando a que su dueño saliera de la panadería, un niño saltando
sobre un charco y su madre, gritando en silencio…Pero él no se dio cuenta de
nada hasta que llegó a su casa. Allí, en el portal, estaba la señorita Billbook
con su querido Timmy en los brazos. Bryan saludó a la anciana educadamente y,
al no recibir respuesta, se acercó a ella y le rozó el hombro, pero no se
movía, por lo que se dio la vuelta para verle la cara, encontrando algo
espeluznante…la adorable señorita Billbook no era más que una calavera con las
cuencas vacías y una sonrisa macabra.
Bryan gritó y subió corriendo las escaleras hasta
llegar a su casa en la cuarta planta. Abrió la puerta y allí encontró a Mary e
Iker, su mujer y su hijo, sumidos en un sueño eterno, ellos también se habían
convertido en esqueletos.
De pronto, el hombre se despertó bruscamente, todo
había sido un sueño. Estaba empapado en sudor y agitado, pero a su lado Mary
dormía tranquilamente y fuera no llovía, el cielo estaba claro. Bryan fue a la
cocina, bebió un poco de agua y trató de tranquilizarse, después, volvió a la
cama y durmió, plácidamente, hasta que el despertador sonó.
MK!
No hay comentarios:
Publicar un comentario