Es difícil describir lo que en este castillo sucedió
hace ya tanto tiempo. Era grandioso, de piedra negra y fría en el que vivía una
familia de lo más peculiar y extraña, destacando el hijo pequeño, Vicente. El
pequeño Vicente era golpeado por su padre casi diariamente por no ser tan
diestro como sus hermanos y siempre recibía las burlas de sus compañeros por lo
poco estudioso que era. Y ese niño, maltratado y burlado, se convirtió en el
terror de toda la comarca, en el asesino
más terrible que jamás hubiera conocido la zona, y es que los niños pueden ser
crueles, pero si nunca crecen, su crueldad se convierte en locura.
Nadie sabe cómo lo logró, pero finalmente se sacó la
carrera de medicina, pues en cuanto su padre murió, presa de un grave
alcoholismo, el chico se vio libre de muchas presiones y demostró todo su
potencial; pero no solo se dedicaba al ejercicio de la medicina sino que además
se convirtió en estafador.
Terminados sus estudios, comenzó a trabajar en una
farmacia, en la que estafando logró obtener una gran cantidad de dinero, el
necesario para rehabilitar el castillo en el que se había criado y que estaba medio en ruinas,
convirtiéndolo en un hotel. Un hotel en el que para lograr trabajo había que
cumplir ciertos requisitos y en los que había que tener mucho dinero para pasar
una noche, y es que el hotel tenía un secreto. Era un auténtico laberinto con
paredes móviles que solo Vicente conocía, y que estaba lleno de trampas
mortales. Casi todas las habitaciones tenían un suelo falso, y cuando quien le
interesaba se ponía en ciertos sitios, el suelo se abría a sus pies y caía por
una especie de tobogán al sótano, el verdadero lugar de torturas.
En este sótano gaseaba a las personas directamente o
las torturaba hasta la muerte tras haber abusado sexualmente de ellas, sin que
nadie pudiera hacer nada por evitarlo. Cuando por fin la vida se alejaba de sus
cuerpos, los quemaba.
Un buen día, los vecinos comenzaron a quejarse, el
olor que salía de las chimeneas del hotel era insoportable y, en alguna
ocasión, se habían oído gritos desgarradores, lo que les hacía sospechar que
algo malo estaba pasando, aunque nunca hubiera imaginado la verdad que allí se
escondía.
Un día la policía acudió al maravilloso hotel del
que todo el mundo hablaba, habían recibido una denuncia de una joven que
trabaja allí, una de sus compañeras echaba en falta a otra con la que tenía
buena relación. Ninguna de las dos tenía familia, por eso cuando le preguntó a
Vicente por ella y este respondió que por asuntos familiares se había visto obligada
a dejar su trabajo, empezó a sospechar, pero cuando pasados tres días ya no se
sabía nada de ella, decidió llamar a la policía.
Al principio no descubrieron nada, pero una
intuición les llevó hacia el sótano, siempre es allí donde se esconden todos
los males, y descubrieron la gran sala de tortura de Vicente, que había tratado
de huir, aunque sin éxito alguno.
Vicente fue detenido y condenado a cadena perpetua,
pero nunca llegó a cumplir su reclusión, pues la primera noche que pasó en
prisión se suicidó colgándose de una viga en su celda.
Ahora el castillo está abandonado, nadie se atrevió
nunca a descubrir todos sus secretos y nadie se atreve a poner un pie en él,
pues creen que si lo hacen los fantasmas de Vicente y de todas sus víctimas
regresaran para atormentarlos.
MK!
No hay comentarios:
Publicar un comentario