Y, vivir en el olvido, duele. Duele saber que una fuiste alguien y que ahora ya nunca podré volver ser la misma persona. Los perros me ladran al pasar, sólo ellos son capaces de comprender la magnitud de mis errores. Algo me atormenta cada noche, son los remordimientos y la culpa, el sentimiento de agobio, de saber que has sido importante, un tesoro, un diamante en bruto...Y ahora no eres nada, ni siquiera un nombre.
Cuando abro la boca para respirar me atraganto con el aire, cuando cierro los ojos para dormir, vienen las pesadillas que han de decidido quedarse a vivir en mis sueños. Intento ser sincera, pero el sabor de la sangre que correría si lo fuera...me da miedo pensar que los demás pueden sufrir por mis errores...Mi culpa es grande, muy grande, asi que solo espero que un día seáis capaces de perdonarme.
Yo no creo que aguante mucho más, cuando leáis la carta, estaré ardiendo en el infierno...
Bethamy